Último día en el hostel Yakush y por tanto en la ciudad de Ushuaia. A las 8:00 horas de la mañana nos levantamos y fuimos a desayunar. Recogimos nuestras maletas e hicimos el check out en el hostel; pudimos dejarles las mochilas durante todo el día para poder visitar la ciudad sin demasiado peso. Después de hablar con la chica de recepción, Antonella, decidimos ir a subir el Glaciar Martial. Una maravilla natural al noroeste de la ciudad de Ushuaia que ofrece diferentes atractivos turísticos en cualquier época del año.
Diariamente parten desde el centro de la ciudad transportes regulares hacia el glaciar, el tiempo de traslado es de aproximadamente 15 minutos sólo la ida. Nosotros optamos por ir caminando desde el hostel hasta el glaciar, unos 7 kilómetros de ida. Hacía mucho frío y antes de llegar decidimos pararnos a hacer un té caliente en La Cabaña. Una antigua casa de montaña que ofrece una carta muy variada de tés y repostería, un sitio muy acogedor. Mientras estábamos tomando el té empezó a nevar, un paisaje muy bonito la verdad.
Después de un rato de descanso en la casa de tés llegamos al final del camino. En éste sitio hay la posibilidad de subir hasta la base del Glaciar Martial en telesilla. Cuando preguntamos al vendedor de billetes nos explicó que el telesilla estaba cerrado porque hacía mucho viento y que era mejor que subiéramos hasta la base del glaciar a pie, unos 20-25 minutos andando. Durante todo el trayecto hasta la base estuvo nevando, y hacía mucho frío. Es recomendable depende de la época en que uno vaya, ir muy abrigado.
Una vez en la base del Glaciar Martial miramos que senderos podíamos hacer, ya que más de uno estaba cerrado por la nieve y el viento. Al final decidimos hacer unos senderos bastante asequibles, el verde o también llamado el sendero del bosque verde de 10 minutos de duración, y el azul o sendero del filo, de unos 25 minutos aproximadamente. Parte del sendero amarillo y rojo estaban cerrados y decidimos no hacerlos. El tiempo no acompañaba mucho. El sendero verde fue bastante fácil, atravesamos un bosque nevado y al final de éste vimos un paisaje del Glaciar Martial impresionante, aunque el día estuviera bastante tapado. En éste punto cogimos el sendero azul, pero no lo pudimos terminar debido al viento. No obstante en algún punto pudimos gozar de unas vistas increíbles de la ciudad de Ushuaia. Por tanto, no tardamos mucho en bajar y emprender la marcha de regreso al hostel. Al final salieron unos 20 kilómetros andando aproximadamente durante unas 5 horas. La excursión fué fantástica, y es muy recomendable. Cuando llegamos al hostel eran las 16:00 horas de la tarde, nos hicimos la comida, una sopa de letras de verduras y carne a la plancha con patatas fritas y queso. De postre, un alfajor, dulce latinoamericano compuesto por dos masas rellenas de dulce de leche, muy denso pero muy bueno. Al terminar de comer nos quedaba un buen rato antes de irnos al aeropuerto de la ciudad para coger el vuelo de vuelta a Buenos Aires, salía a las 20:00 horas de la tarde. Aprovechamos para descansar en los futones de la buhardilla. |
Para ir hasta el aeropuerto teníamos que ir en taxi (o remis en latinoamérica). Solo hay 4 kilómetros de distancia hasta el aeropuerto por lo tanto hacia las 19:00 horas nos fuimos. Nos pasó a recoger por el hostel un taxi y nos llevó hasta el aeropuerto, por 40 ARS=7 €. Hicimos el check in y solo nos quedaba esperar a que saliera nuestro vuelo. Uno de los agentes de la compañía Aerolíneas Argentinas nos explicó que llevaban toda la semana cancelando vuelos hacia Trelew nuestro próximo y último destino del viaje, debido a la ceniza que desprendía el volcán chileno en erupción llamado Puyehue. No quisimos en ese momento darle mucha importancia y así poder centrarnos en el vuelo hacia Buenos Aires que como todos los del viaje se retrasó.
Después de varias horas, el vuelo salió dirección Buenos Aires. Antes de llegar al aeropuerto pequeño de la ciudad, aeroparque, nos avisaron que por determinados problemas teníamos que aterrizar en el aeropuerto internacional de Buenos Aires, Ezeiza, bastante lejos del centro. Cuando aterrizamos, estuvimos unos 30 minutos dentro del avión, no nos dejaban bajar porqué según decían estaban gestionando el autobús que nos llevaría al centro de la ciudad. Explicaban que habían tenido que desviar muchos aviones a Ezeiza por culpa de la ceniza y que no tenían suficientes autobuses para todos. Fue un desastre total. Finalmente bajamos del avión y nos tuvieron 40 minutos esperando en el aeropuerto a que nos vinieran a buscar. Después de mucho esperar nos trasladaron al aeroparque en autobús, y cogimos un taxi hasta el HI Suites Obelisco. Nos metimos en la cama a las 3:30 horas de la madrugada. Solo decir que teníamos que haber llegado a las 12 horas de la noche aproximadamente.
Nosotros queremos señalar que durante el viaje los vuelos nacionales con la compañía Aerolíneas Argentinas fueron un desastre y por tanto recomendamos que quién quiera hacer un viaje similar coja otra compañía sin dudarlo.