La noche en el autobús fue muy tranquila, paramos en más de una ocasión, pero dormimos bien. A las 6:00 horas de la mañana llegamos a la estación de autobuses de Mandalay. Sin demora cogimos un taxi compartido con una chica italiana hasta el hotel por 2000 MMK=1,6 € por persona. Cuando llegamos al hotel nos dijeron que la habitación estaba lista y fue una gran noticia. Nos acicalamos un poco y bajamos a desayunar, bufete libre, zumo de melón, zumo de naranja, huevos fritos, arroz y tostadas con mermelada. Café, té y listos para turistear. Nuestro objetivo de hoy era ir al Palacio Real, ubicado en la ciudadela de Mandalay. La entrada a ésta fortaleza son 10000 MMK=8 € por persona, incluyendo el acceso a otros templos de las inmediaciones que especificaremos más adelante. Un foso de 70 cm de ancho, que solo se ve des de el exterior, y más de 6 km. de muros almenados de 8 metros de altura conforman un enorme cuadrado alrededor de la antigua ciudadela de Mandalay. A los extranjeros solo se les permite entrar por la puerta este de la fortaleza. Si se va en bicicleta o motocicleta es preciso desmontarse cuando la atraviesas y debido a la susceptibilidad del ejército militar se ha de conducir por la vía de acceso directo y en la carretera que bordea el palacio. Para acceder al interior tienes que registrarte y dejar un pasaporte original a un militar en la puerta de entrada. No nos entusiasmó la idea pero hicimos un acto de fe. La reconstrucción del complejo del Palacio Real de Mandalay impresiona por su escala y por los 40 edificios de madera que reproducen los originales de la década de 1850. La Torre de Vigilancia en forma de espiral permite una vista de conjunto. La estructura que más destaca es la elevada pirámide de múltiples techos de filigrana de oro sobre la Sala del Trono. En el resto de salas no hay mucho que ver ya que están vacías pero en la parte occidental hay un museo cultural. |
Al salir de la fortaleza fuimos dirección este para ver algunas pagodas importantes de la ciudad. Empezamos por Atumashi Kyaungdawgyi, un monasterio blanco de dos pisos sin nada en el interior que se quemó en 1890 y se reconstruyó en 1996. Para acceder al interior puedes utilizar la entrada combinada del Palacio Real. Justo al lado se encuentra Shwenandaw Kyaung, un monasterio hecho de teca famoso por sus tallas, en especial las escenas doradas relativas a las vidas anteriores de buda. Puedes acceder con la entrada combinada también. Detrás de éstos monasterios se encuentran algunos templos más, uno de ellos Kuthodaw Paya, una estupa dorada muy bonita de mediados del siglo XIX rodeada de 729 losas de mármol inscritas, cada una en una estupa pequeña, que juntas reúnen los 15 libros del Tripitaka. Al lado tenemos Sandamuni Paya, 1774 losas de mármol similarmente alojadas (reunidas en 1913) rodean ésta pagoda con comentarios sobre el Tripitaka. Éstos dos últimos son gratis y son especialmente bonitos.
Un poco más al norte nos encontramos Kyauktawgyi Paya (gratis), un gran complejo budista del s. XIX que en el centro alberga un buda de 900 toneladas y 9 metros de alto con vestimenta real. Tallado en un solo bloque de mármol, se dice que 10000 hombres tardaron 13 días en transportarlo desde un canal a su actual ubicación.
Terminada la visita nos tomamos un lassi de aguacate bien fresco y cogimos un taxi al centro para alquilar una bicicleta, 4000 MMK=3,2 €. Andamos hasta la tienda Mr. Jerry (24th/83th) y allí alquilamos las bicis para un día por 2000 MMK=1,6 € por persona. Salimos del bullicio como pudimos hasta el hotel. Allí preguntamos sobre la excursión por los alrededores de la ciudad y lo reservamos para el día siguiente. Hacia las 15:00 horas fuimos a sacar dinero pero no encontramos ningún banco abierto y al final tuvimos que cambiar en un hotel. Recordad siempre no sacar dinero en último momento porqué de repente ese día es festivo y lo tienes todo cerrado.
Solventado el tema del dinero fuimos en bicicleta a un templo un poco apartado llamado Shwe In Bin Kyaung. Se trata de un monasterio de teca muy bien tallado situado en un lugar tranquilo en el que poder meditar. El edificio central se apoya en postes hechos con troncos de árboles y en su interior se respira una imponente majestuosidad. Acceder al interior es gratis. Sin mucho tiempo que perder porqué se nos hacia de noche pusimos rumbo a la Colina de Mandalay para ver la puesta de sol. Hay dos escaleras meridionales por las que subir que convergen y se juntan en la cima. Nosotros cogimos la escalera sureste al ser más interesante por las vistas. Empezamos la ascensión descalzos a las 16:50 horas de la tarde aproximadamente y mientras ibas subiendo podías observar las impresionantes vistas. En unos 30 minutos llegamos a la cima donde pudimos contemplar la ciudad iluminada, una preciosidad. |
Cuando bajamos no había mucha luz y tuvimos que usar nuestros teléfonos móviles para iluminarnos, recordadlo. A las 18:30 horas llegamos al punto de inicio, cogimos las bicicletas y fuimos a devolverlas a Mr. Jerry. Después de dejar las bicicletas nos fuimos directos a cenar, estábamos hambrientos. Optamos por el Rainforest, restaurante de comida tailandesa bastante popular. Al terminar de cenar fuimos hacia el hotel y no tardamos mucho en irnos a dormir. Mañana nos esperaba un día intenso de excursión por los alrededores de Mandalay.
between 74th y 75th street
Mandalay