A las 6:55 salía nuestro avión con destino a Bruselas, así que el despertador sonó bien temprano. Una hora y media antes ya estábamos listos desayunando algo en el aeropuerto del Prat. Puntuales despegamos y a las 9:00 llegamos a Bruselas. Nuestro primer día en Bélgica lo dedicamos a visitar Gante, por lo que en el aeropuerto de Zaventem cogimos un tren que nos llevaría directos a la ciudad de Gante por 17 €. La estación de tren está en la planta -1 del aeropuerto, no hay perdida.
Aproximadamente a las 11:00 horas llegamos a la estación de Gent-Daamport, ubicada un kilómetro al oeste del casco antiguo de la ciudad. Para llegar desde la estación a nuestro alojamiento decidimos dar un paseo bordeando el canal Leie. Esta primera noche en Bélgica nos alojamos en Hostel 47.
Una vez dejamos las mochilas en el hostel salimos a descubrir la bonita ciudad de Gante. Comenzamos bajando por Goudstr hasta llegar a la gran plaza Vrijdagmarkt, al ser viernes nos encontramos con que había mercado. Quedamos impresionados con los trailers que utilizan para vender la carne y el pescado. Llevábamos muchas horas despiertos y el hambre ya empezaba a apretar, así que en Friture Jozef, un puesto que hay en la plaza, comimos unas típicas frites. Una vez saciada el hambre, deshicimos nuestros pasos y volvimos hasta el canal Leie, que seguimos hasta llegar a la iglesia de St. Annakerk, de origen bizantino y que data del año 1856. Únicamente pudimos admirarla desde fuera ya que se encuentra cerrada. |
Continuamos nuestra ruta a pie por la ciudad subiendo por Vlaanderestraat, una bonita calle con tiendas y terracitas por donde circula el tranvía, hasta llegar a la plaza St-Baafsplein. Desde aquí se tienen unas preciosas vistas de St-Baafskathedraal y de la torre Belfort. Tuvimos un poco de mala suerte y estaban rehabilitando la catedral, por lo que la torre estaba escondida tras los andamios. Entramos a visitarla, lo más destacable son las vidrieras y un Rubens original que hay junto a la escalera que baja a la cripta. |
Antes de parar a comer nos acercamos a la plaza Poeljemarkt donde está el majestuoso ayuntamiento de la ciudad, Stadhuis, edificio construido entre 1519 y 1600. Para comer seguimos el ejemplo de los habitantes de Gante e hicimos picnic en los jardines que hay junto a la iglesia St-Niklaaskerk. Por 11 € compramos un par de ensaladas en Exki. |
Tras tomarnos media horita de relax para comer al sol en los jardines Emile Braunplein, pusimos rumbo a nuestro siguiente objetivo, el Castillo de Gravensteen. Típico castillo del siglo XII que perteneció a los condes de Flandes. Aunque se puede entrar a visitarlo (10 € por persona), nosotros nos conformamos con verlo desde el exterior. Las vistas más espectaculares del castillo las vimos desde St-Widostraat, un pequeño callejón que da a la parte posterior del castillo. Para llegar a él hay que seguir las siguientes instrucciones: saliendo desde la puerta principal del castillo girar a la derecha, una vez cruzamos el canal Leie hay que girar la primera a la derecha y de nuevo la primera a la derecha. Después de tirar unas cuantas fotos al Castillo de Gravensteen, bajamos por Jan Breydelstraat hasta llegar a uno de los lugares más conocidos de Gante, el pequeño puente de Grasbrug. Desde él se puede disfrutar de las impresionantes fachadas de los edificios del paseo Graslei y de la torre Belfort al fondo. Junto a ambas orillas del canal Leie hay infinidad de terracitas donde se puede disfrutar una típica cerveza belga mientras te deleitas de las impresionantes vistas. El madrugón que nos habíamos dado para coger el avión empezaba a pasarnos factura, así que decidimos ir a descansar un rato al hotel antes de cenar. De vuelta pasamos por el minúsculo callejón Werregarensteeg, conocido por sus graffitis y de nuevo por la plaza Vrijdagmarkt, ahora sin mercado. Aprovechamos que la plaza estaba vacía para visitar la estatua de Jacob van Artevelde (líder del siglo XIV en la lucha contra los franceses) y el Dulle Griet (un enorme cañón rojo que data del siglo XV). |
Antes de llegar al hotel hicimos una breve parada para merendar algo en Barista Coffee and Cake, un bonito y tranquilo local ubicado muy cerca de la plaza donde se pueden degustar todo tipo de pasteles. Después de disfrutar de unos ricos pastelitos nos fuimos directamente al hostel para hacer una merecida siesta.
Tras una reparadora siesta, salimos a cenar algo. Siguiendo los consejos de la guía fuimos a Patershol, laberíntico barrio lleno de callejuelas adoquinadas con preciosos restaurantes de todo tipo de cocina. Después de dar una vuelta por el barrio nos decidimos por cenar en un pequeño restaurante japonés que tenía muy buena pinta, el Sushi Palace.
Después de cenar de lujo fuimos a disfrutar de la puesta de sol al paseo Graslei. A esas horas, la zona estaba súper animada, con las terrazas hasta los topes y un montón de gente haciendo picnic en el suelo. Estuvimos una horita sentados viendo como el sol se iba escondiendo poco a poco hasta que al final desapareció y dio paso a la iluminación artificial. Hacia las 23:00 aproximadamente nos fuimos a dormir que el día había sido muy largo e intenso. Al día siguiente tocaba ir a Brujas.
• Exki. Dirección: Sint-Michielsstraat 2 - Gent. Precio: Dos ensaladas 11 €. [Volver]
• Barista Coffee and Cake. Dirección: Meerseniersstraat 16 - Gent. Precio: Dos apple crumble, café latte y un peach ice tea 11 €. [Volver]
• Sushi Palace. Dirección: Oudburg 37 - Gent. Precio: Karaage de pollo, gyozas de langostinos, tempura de verduras, uramakis de salmón y aguacate y California Dream roll 48 €. [Volver]
A las 8:00 de la mañana sonó el despertador, hoy tocaba visitar la ciudad de Brujas. Sin demora bajamos a desayunar algo. Hacia las 9:00 y tras recoger las mochilas fuimos a la estación de Gent-Daamport para coger el tren que nos llevaría a nuestro próximo destino, Brujas. Como al día siguiente teníamos planificado ir a visitar Bruselas, por recomendación de la vendedora de billetes, compramos billete de ida y vuelta desde Gante a Brujas y de ida de Gante a Bruselas para tener un descuento del 50% en el primer billete, al final nos salio todo por 17 €.
Después de 30 minutos de viaje aproximadamente a las 10:00 horas llegamos a la estación de Brugge, ubicada a un kilómetro y medio del centro de la ciudad. Para llegar desde la estación a nuestro alojamiento decidimos dar un paseo atravesando el parque que rodea el lago Minnewater. Esta noche nos alojamos en B&B Dieltiens. Un B&B situado en una preciosa mansión ubicada muy cerca del centro de la ciudad.
Una vez aposentados, dejamos las mochilas y salimos a descubrir el centro medieval de Brujas. Iniciamos nuestra ruta visitando la Estatua de la Virgen y el Niño, a la que llegamos subiendo por Peerdenstraat. Seguimos nuestra visita caminando por el paseo peatonal de Groenerei. Aprovechamos para cruzar los antiguos puentes de Meebrug y Peerdenbrug y disfrutar de las bellas fachadas de los edificios de estilo flamenco que rodean el canal de Groenerei. Al final del paseo llegamos a Vismarkt, el antiguo mercado de pescado, que data de 1821. En sus losas de piedra aún se pueden encontrar por la mañana puesto de venta de pescado y más tarde de baratijas. Después de chafardear un rato los puestos de baratijas, nos adentramos en el Burg, centro administrativo de la ciudad, por Blinde Ezelstraat. Un precioso pasaje donde destaca el arco que une el Stadhuis y el Brugse Vrije. |
En el lado sur de la plaza Burg se pueden admirar las impresionantes fachadas de los edificios Brugse Vrije, Stadhuis y Heilig-Bloedbasiliek.
El Brugse Vrije edificio de tejados barrocos y estatuas doradas, que antiguamente fue conocido como el palacio de Libertad de Brujas. |
Seguimos nuestra ruta turística por Beidelstraat hasta llegar a Grote Markt, la plaza Mayor de Brujas. Grote Markt es el centro neurálgico de la ciudad. La plaza está rodeada de impresionantes edificios medievales. En el centro encontramos el monumento a Pieter de Coninck y Jan Breydel, lideres de los Maitines de Brujas que en las revueltas de 1302 enfrentaron al pueblo de Brujas contra los franceses. El lado norte de la plaza está ocupado por antiguos edificios de frontales triangulares que datan de los siglos XV, XVI y XVII. Actualmente son restaurantes y cafés. En un edificio neogótico situado en el lado norte de Grote Markt encontramos el Historium. En el lado oeste de la plaza los edificios más destacados son Bouchoutehuis, una antigua casa de ladrillo rojo que data del siglo XV y el Craenenburg, donde a finales del siglo XV estuvo preso Maximiliano de Austria. En el lado este el edificio más destacado es el Landhuis (Palacio de la Provincia), edificio neogótico construido entre los años 1887 y 1921, sobre el solar que dejó el edifico del Mercado de los Paños. Por último, el lado sur de Grote Markt está ocupado por el símbolo de la ciudad, el fabuloso campanario de la Torre Belfort, construido en el siglo XIII. Aún nos quedaban un montón de cosas por visitar, así que decidimos comer algo rápido para no perder tiempo. Compramos algo de comida en Chip Vans y comimos sentados en el centro de la plaza rodeados de otros muchos turistas mientras disfrutábamos de las vistas. |
Después de comer y aprovechando que a esa hora no había mucha cola subimos a la Torre Belfort, la entrada nos costó 8 euros. Para llegar hasta lo alto del campanario hay que subir sus 366 escalones por una estrecha escalera de caracol en la cual sufrimos alguna que otra retención. Al llegar a lo más alto del campanario deleitarnos con una espectacular vista panorámica de toda la ciudad. Tras disfrutar de las vistas y tirar un sinfín de fotos decidimos bajar. El aforo está limitado a 70 personas y no conviene abusar para evitar que se formen grandes colas.
Una vez visitamos la Torre Belfort nos acercamos al café 't Klein Venetie en la esquina de Rozenhoedkaai y Huidenvettersplein. El café en si no tiene mayor interés, pero desde el exterior hay unas estupendas vistas del canal y la Torre Belfort. Continuamos por Dijver hasta Nieuwstraat, donde cogimos el barco para hacer la travesía por el canal. A lo largo del canal hay diferentes puntos desde donde se puede iniciar la travesía que dura unos 30 minutos aproximadamente. El trayecto va desde Jan Van Eyckplein hasta Begijnhof. Las barcas no son muy cómodas, vamos como sardinas, pero vale la pena hacer el paseo ya que te permite ver la ciudad desde una perspectiva diferente. El precio de la travesía es de 7,60 €. Después del paseíto en barca nos acercamos a Arentshof. Un pequeño parque cuyo reclamo principal es el puente peatonal St-Bonifaciusbrug, con unas preciosas vistas de Onze-Lieve-Vrouwekerk. |
A estas horas el hambre ya apretaba, así que antes de ir a descansar al hotel decidimos parar a merendar algo. Después de dar una vuelta y barajar diferentes opciones, nos decidimos por Le Pain Quotidien. Después de recargar pilas con una buena siesta salimos a cenar. Habíamos reservada mesa en Cambrinus, una brasería-pub del siglo XVII con una infinita carta de cervezas. Cenamos de maravilla. Para bajar la cena, dimos un paseo antes de ir a dormir. Las vistas del canal desde Rozenhoedkaai, el Burg y el Markt son espectaculares a esta hora del día. Es muy recomendable pasar una noche en Brujas y poder disfrutar tranquilamente, una vez los grupos de turistas han vuelto a Bruselas, de la iluminación nocturna de la ciudad. Después de tirar un montón de fotos nos fuimos a dormir. Al día siguiente tocaba visitar Bruselas. |
• Chip Vans. Dirección: Grote Markt - Brugge. Precio: Dos hamburguesas y patatas 11 €. [Volver]
• Le Pain Quotidien. Dirección: Philipstockstraat 21 - Brugge. Precio: Capuccino, lemonade with mint, cheesecake y apple crumble 18 €. [Volver]
• Cambrinus. Dirección: Philipstockstraat 19 - Brugge. Precio: Croquetas de queso, flemish carbonade (guiso de ternera con cerveza), pollo con champiñones y bacon a la cerveza y tres cervezas 57 €. [Volver]
En nuestro tercer día en Bélgica el despertador vuelve a sonar a las 8:00 de la mañana. Nuestro destino de hoy era la capital del país, Bruselas. Sin perder tiempo bajamos a desayunar. Estuvimos cerca de una hora degustando el espectacular desayuno que nos habían preparado mientras escuchábamos las diferentes historias que nuestra anfitriona iba explicando. Hacia las 9:00 y tras acabar de preparar las mochilas nos fuimos en dirección a la estación de Brugge para coger el tren que nos llevaría a Bruselas.
Antes de marchar de Brujas, decidimos dar un último paseo por la ciudad. En lugar de ir directamente a la estación, nos desviamos pasando por Grotte Markt, Burg y recorriendo el canal hasta llegar a Begijnhof. A las 11:00 de la mañana cogimos el tren con dirección a Bruselas. Tras una hora de viaje llegamos a la estación de Brussels Central, ubicada a algo menos de un kilómetro de nuestro hotel, Hotel Café Pacific. Para llegar al hotel pasamos por la Place d'Espagne, abarrotada de gente a aquellas horas, antes de llegar a la conocidísima Grand Place. Queríamos ir directos al hotel para dejar las mochilas antes de empezar a visitar la ciudad, pero no pudimos resistirnos a parar un momento y disfrutar de la Grand Place y sus bellos edificios. Después de hacer un par de fotos continuamos nuestro camino por la Rue Auguste Orts hasta llegar a nuestro hotel. |
Al llegar al hotel dejamos las mochilas en recepción hasta la hora en que pudiésemos hacer el check-in y salimos a descubrir los encantos de Bruselas. En primer lugar nos dirigimos a la zona de Ste-Catherine. Iniciamos nuestra visita subiendo por Rue du Vieux Marché aux Grains hasta a la iglesia de Ste-Catherine, ubicada en la plaza de mismo nombre. Fue muy curioso ver como en el muro noroeste de la iglesia hay unos urinarios. Continuamos el paseo en dirección a la plaza du Samedi, donde encajonada entre modernos edificios aún se conserva la Tour Noire, parte de la antigua muralla de la ciudad. Seguimos hacía el norte hasta llegar a la impresionante St-Jean-Baptiste au Béguinage, iglesia de estilo gótico flamenco de 1657 diseñada por Luc Fayd'Herbe, discípulo de Rubens. Después de visitar la iglesias y hacer unas cuantas fotos, proseguimos nuestra visita antes de hacer una parada para comer. Regresamos a la plaza Ste-Catherine bajando por Marché aux Poissons, donde visitamos el curioso monumento conmemorativo a las palomas de la I Guerra Mundial. Habíamos pensado quedarnos en esta zona, donde abundan los restaurantes especializados en marisco. Como no queríamos perder mucho tiempo, nos decidimos por picar algo en Mer du Nord, ubicado en la plaza Ste-Catherine. Pero no pudo ser, al llegar vimos que en la plaza había algún tipo de festival y la cola para pedir era infinita. |
Sin planes para comer, deshicimos el camino que habíamos hecho al llegar a la ciudad y pusimos rumbo a la Grand Place. Justo enfrente del edificio de la Bourse descubrimos un local de Exki y aprovechamos para comprar algo e ir a la Grand Place para hacer picnic mientras nos deleitábamos con unas preciosas vistas. Una vez saciada el hambre proseguimos con la visita. Regresamos para ver con detalle la preciosa fachada neoclásica del edificio de la Bourse, la pequeña iglesia de St-Nicolas y Bruxella1238, un yacimiento con restos de un antiguo convento franciscano. |
Tras medio día en la ciudad y después de haber pasado por ella un par de veces, ya tocaba visitar la Grand Place a fondo. Cada uno de los edificios que rodean la plaza son espectaculares, pero los más destacados son el Hôtel de Ville (ayuntamiento) y la Maison du Roi. Aunque no hay que olvidarse de cada una de las antiguas sedes gremiales (panaderos, ebanistas, etc.). Pasamos un buen rato de un lado a otro de la plaza admirando los pequeños detalles que nos ofrecía antes de continuar con nuestra visita. |
El siguiente objetivo fue otro de los 'grandes' iconos de la ciudad, el Manneken Pis. En Rue de l'Étuve esquina Rue de Chêne se encuentra esta fuente-estatua del pequeño y famoso niño que hace pis. Es de esos lugares icónicos que tras verlo no acabas de entender muy bien de donde le viene tanta fama.
Antes de acercarnos al hotel para hacer el check-in y descansar un rato, dimos una vuelta por el barrio de St. Géry. Alrededor de la plaza del mismo nombre hay una animada zona llena de cafés y restaurantes asiáticos. Aprovechamos para visitar la iglesia Notre-Dame des Riches Claires y el Au Lion d'Or.
Tras un breve descanso para cargar energías reemprendimos la visita. Nos dirigimos a la zona de Ilôt Sacré, donde paseamos por las Galeries St-Hubert, las primeras galerías comerciales de Europa que fueron inauguradas en 1847 por Leopoldo I. En el interior de las galerías hay muchas chocolaterías y cafés con tranquilas terrazas. Saliendo por la entrada norte de las galerías se llega a Rue de Bouchers y Petite Rue des Bouchers, dos pequeñas y estrechas calles atestadas de mesas de los miles de restaurantes que hay en ellas. El plato estrella de todos los restaurantes son los famosos moules-frites (mejillones y patatas fritas). Nosotros íbamos con la idea de cenar en alguno de los restaurantes, pero nos pareció demasiado turístico y al final lo descartamos. Ya que estábamos por la zona, nos acercamos a la calle Impasse de la Fidélité para a ver a la 'hermanita' del Manneken Pis, la Jeanneke Pis.
Empezábamos a tener algo de hambre, pero aún era demasiado temprano para cenar, así que matamos el gusanillo con unas frites que compramos en Fritland y que comimos viendo como atardecía desde la Grand Place. Para escoger donde cenábamos nos dejamos aconsejar por la lonely planet y nos decidimos por Arcadi. Para hacer un poco de tiempo, en lugar de ir directos nos desviamos para ver el ambientazo de la Place d'Espagne y acercarnos a la impresionante iglesia de St.Michel, que nos recordó mucho a Notre Dame.
Después de cenar fuimos a tomar un par de cervezas al conocidísimo Delírium Café. De camino al hotel nos paramos a disfrutar de la iluminación de la Grand Place y tirar unas cuantas fotos antes de ir a dormir. Al día siguiente tocaba despedirse de Bélgica y volver a casa. |
• Exki. Dirección: Place de la Bourse 2 - Brussels. Precio: Ensalada y bocadillo de hummus 11'70 €. [Volver]
• Fritland. Dirección: Henri Maus 49 - Brussels. Precio: Frites 3,20 €. [Volver]
• Arcadi. Dirección: Rue d'Arenberg 1 - Brussels. Precio: Flemish carbonade, lasaña y dos cervezas (Corona y Rochefort 10) 36 €. [Volver]
• Delírium Café. Dirección: Impasse de la Fidélité 4 - Brussels. Precio: Dos cervezas (Floris) 6,6 € . [Volver]
Era nuestro último día en Bélgica, así que el despertador sonó temprano para poder aprovechar el día al máximo. Antes de bajar a desayunar ya dejamos listas las mochilas. Después de un copioso desayuno hicimos el check-out y salimos a disfrutar de nuestras últimas horas en Bruselas. Parecía que el sol no tenía previsto despedirse de nosotros y el día despertó bastante nublado.
Para hoy no teníamos grandes planes, solo acercarnos a la zona de Heysel para visitar el recinto ferial donde se encuentra el Atomium. Para llegar la mejor opción es ir en metro hasta la parada de Heysel. Nosotros cogimos la línea 1 en la estación de St-Catherine hasta Beekkant, donde hicimos transbordo a la línea 6 que nos llevó hasta nuestro destino. Al salir del metro, lo primero que hicimos fue acercarnos a ver el Palais du Centenaire, de estilo art déco y construido en el año 1930. Para luego bajar por el Boulevard du Centenaire y llegar hasta el Atomium, una impresionante estructura de 102 metros de altura que representan los átomos de un cristal de hierro aumentado 165 millones de veces. En su interior alberga un museo. Después de tirar un montón de fotos a las esferas del Atomium desde diferentes perspectivas, decidimos regresar al centro de la ciudad, pero antes dimos un breve paseo por el parque de Laeken. Un precioso parque lleno de castaños y magnolios. |
De vuelta al centro bajamos en la estación Gare Centrale y dimos un paseo por las Galerías St-Hubert antes de ir a comer. No queríamos marcharnos de Bruselas sin probar el marisco de Mer du Nord, así que nos acercamos de nuevo al barrio de Ste-Catherine. Pero no tuvimos suerte, estaba cerrado. Pues nada, como no teníamos mucho tiempo para pensar que hacer decidimos comprar algo de comida para llevar en Exki y comer sentados tranquilamente en la Grand Place con vistas al Hôtel de Ville. Después de comer volvimos a las Galerías St-Hubert, donde disfrutamos de un gofre, típico dulce de Bélgica, en Mokafé. Aprovechamos que estabamos en las galerías para comprar unos deliciosos bombones en Neuhaus. |
Nuestra estancia en Bruselas llegaba a su fin, pero antes de coger el tren al aeropuerto dimos una vuelta por los alrededores de la estación. Desde la Place d'Espagne bajamos por la Rue de la Madeleine hasta llegar a la Place de l'Albertine, desde donde teníamos unas vistas preciosas de los Jardines de Mont des Arts. Cruzamos los jardines en dirección a la Place Royale y desde aquí a la estación Gare Centralle donde cogimos el tren en dirección al aeropuerto de Zaventem. Y hasta aquí nuestra escapada por Bélgica.