Sonó el despertador a las 7:00 horas de la mañana, Mariano, el chico del hostel nos avisó que nos recogerían para la excursión a Punta Tombo a las 7:45 horas. Hicimos el check out, y dejamos una de las maletas en el locker del hostel. Íbamos un poco justos de tiempo pero al final desayunamos deprisa y corriendo, y tuvimos tiempo de coger el minibús. El destino era Punta Tombo, una reserva situada 180 kilómetros al sur de Puerto Madryn considerada el mayor terreno de cría de pingüinos magallánicos de toda sudamérica continental, unos 300.000 mil aproximadamente. El trayecto resultó ser un poco largo, unas 2 horas de autobús pero a medio camino paramos para poder comprar alguna cosa de comer.
Después de comer un poco, y pasada una hora, llegamos a la reserva de Punta Tombo. Pagamos la entrada, 35 ARS=6 € por persona. Solo llegar vimos unos cuantos pingüinos magallánicos en sus nidos y con sus pichoncitos (bebés). Muy bonitos y graciosos. El guía nos comentó algunas recomendaciones y que tuviéramos en cuenta que nos encontrábamos en su hábitat. Nos explicó que si pasábamos por un sendero y ellos querían cruzar, tenían preferencia. Fue fantástico ver tantos y juntos.
Cuando terminamos el sendero aprovechamos para comer un poco y saciar el hambre hasta cenar. Nos comimos unas empanadas y enseguida nos subimos al minibús. Al rato emprendimos rumbo a Puerto Rawson para el avistaje de toninas, una especie de delfín negro y blanco que suele habitar en aguas costeras con poca profundidad y muy templadas. Según nos explicó el guía teníamos que estar en el puerto a las 14:30 horas, por tanto no podíamos perder mucho tiempo. A las 15:00 horas embarcamos y nos pusimos en marcha para el avistaje de toninas. Éramos muy pocos en el barco pero se agradeció mucho, al menos pudimos tirar fotos sin problemas. Antes de salir del puerto vimos una colonia de lobos marinos machos muy grandes. |
Hicimos el sendero de la reserva, unos 45 minutos aproximadamente solo la ida. Cuando llegamos a la parte final de la ruta empezó a levantarse mucho viento arenoso que era bastante molesto. Ya en el trayecto de vuelta al minibús vimos un montón de pingüinos jugando, peleándose, andando, fue impresionante. Disfrutamos mucho, lástima del viento porqué hizo un día espléndido. Salimos del puerto y nos adentramos en alta mar. De repente el guía nos señaló una tonina, qué bonitas son, y como saltan. Encontramos unas cuantas y nos divertimos mucho con ellas. Te suelen seguir con el barco y van saltando y jugueteando a tu lado. Estuvo impresionante. Nos lo pasamos muy bien. Es una parte de la excursión que no hace mucha gente pero hemos de decir que si volviéramos a ir, repetiríamos. |
Al cabo de una hora volvimos al puerto y emprendimos el regreso a Puerto Madryn con el minibús. Llegamos al hostel a las 17:30 horas aproximadamente. Decidimos esperarnos en el hostel hasta la noche ya que el tiempo en la localidad era bastante malo. Por culpa del volcán y el viento la ceniza estaba invadiendo la mayoría de cielos del país y era muy molesto.
A las 20:30 horas de la noche nos fuimos del hostel para buscar un sitio donde cenar. Teníamos que hacer tiempo para poder coger el autobús de regreso a Buenos Aires que pasaba a las 1:15 horas de la madrugada. Fuimos a cenar al restaurante Estela, el mejor asador de la ciudad y recomendado por nuestra guía. Comimos de primero una ensalada, y de segundo carne y un poco de pasta; de postre una mousse de chocolate y ensalada de frutas, todo riquísimo. La verdad es que el restaurante es muy recomendable. Estaba muy lleno y el personal fue atento aunque algo despistado.
Salimos de cenar y nos fuimos a la terminal de autobuses, en la calle Doctor Ávila s/n, a la espera que llegara el nuestro. A las 1:30 horas de la madrugada llegó nuestro autobús de la compañía Andesmar destino Buenos Aires. Entramos y nos pusimos a dormir en nuestros asientos semi cama.
Argentina