Estuvo lloviendo toda la noche, el día no pintaba muy bien, pero aún así nos levantamos temprano y seguimos con lo planificado. Hoy teníamos que activar el JRPass, qué emoción!! Dicen que los trenes son tan puntuales, limpios y rápidos que teníamos ganas de comprobarlo. El despertador sonó a las 06:00 horas de la mañana, ya lo teníamos todo preparado, solo faltaba coger el tren dirección Nara a las 06:43 horas desde la estación de Kyoto. Bajamos a desayunar al vestíbulo del hostel y enseguida nos fuimos, teníamos que ser puntuales. La verdad es que mientras íbamos andando a la estación no paraba de llover, menudo día nos esperaba! A las 6:43 horas puntual cogimos el tren dirección Inari, llovía a cántaros, que tristeza!! Al cabo de 10 minutos llegamos a destino. Íbamos a visitar Fushimi-Inari Taisha, un santuario sintoísta. El complejo se extiende por las boscosas laderas de Inari-yama y un sendero recorre 4 km. por la montaña, flanqueado por miles de Torii rojas o naranjas dependiendo del tramo. Estuvimos recorriendo el paraje durante un buen rato y la verdad es que el sitio nos pareció misterioso. Queríamos llegar hasta el final del sendero pero la lluvia lo hizo muy complicado y decidimos regresar cuando estábamos por la mitad. Recomendamos que si hace un gran día visitéis a fondo el complejo porqué es espectacular. Después de más de una hora de paseo bajo la lluvia decidimos dar por finalizada nuestra visita al santuario e ir a la estación para secarnos un poco. Mientras esperábamos a que llegara el tren desayunamos y aprovechamos para comprarnos un agua. Recordad que en cualquier sitio del país, por más recóndito que sea hay un puesto de máquinas de refresco, impresionante! A las 8:29 cogimos el tren hasta nuestra próxima parada del día, Nara. |
Al cabo de 65 minutos aproximadamente llegamos a Nara. Salimos de la estación y llovía solo un poco, por tanto aprovechamos para ir a pasear un rato por el pueblo, dicen que es uno de los destinos más agradables del país. Iniciamos la excursión por la calle Sanjo-dori y en menos de 15 minutos llegamos al lago Sarusawaike a la derecha, ubicado en el centro del pueblo. En éste punto empezó a llover de lo lindo pero nosotros seguimos con el recorrido que más o menos está explicado en la guía.
Al lado del lago está el templo Kōfuku-ji, un complejo que originalmente tenía 175 edificios pero por culpa de incendios y destrucciones fruto de luchas de poder solo quedaban una docena. Uno de los templos tenía 5 pisos y es uno de los más altos de Japón. Lo que más nos sorprendió es que todo el pueblo está lleno de cervatillos que a veces resultan un tanto pesados, tenedlo en cuenta.
Empezó a llover mucho y decidimos ir a tomar un café en unas galerías ubicadas en la calle Sanjo-dori, retrocedimos un poco y entramos en South Wind, un local pequeño pero acogedor. Comimos un desayuno completo con bollos de jamón y queso, tortilla, té y leche caliente con almendras para entrar un poco en calor, todo por 920 JPY=6,5 €. Al cabo de media hora nos fuimos y continuamos con el recorrido, parecía que había dejado de llover.
Seguimos por la calle Sanjo-dori y pasamos por el portón Ichi-no-torii, uno de los accesos al parque Nara-kōen. Zona que ocupa gran parte del este de la ciudad llena de más de 1200 cervatillos hambrientos. Al cabo de pocos metros giramos a la izquierda y fuimos en dirección al templo Tōdai-ji. Atracción estrella de Nara por albergar el famoso Daibutsu, una de las figuras de bronce más grandes del mundo que representa el gran buda. Antes de entrar al templo dimos con Nandai-mon, una inmensa puerta con tallas de madera flanqueada por dos guardianes Niō de aspecto fiero. Pasada la puerta accedimos al complejo, 400 JPY=2,8 € por persona. Llovía bastante pero aún así pudimos hacer alguna foto. Enseguida entramos al Salón Daibutsu-den para contemplar el gran buda, madre mía es gigantesco! Muy recomendable. Cuando salimos del salón dimos la vuelta al complejo y continuamos el recorrido colina arriba por un sendero empedrado hasta llegar a una plaza con los templos Nigatsu-dō y Sangatsu-dō. Después de echar un vistazo a todo el valle seguimos el circuito hasta el santuario de Kasuga Taisha. Acceder al complejo es totalmente gratuito pero si quieres entrar al templo tienes que pagar. Nosotros dimos una vuelta por todo el recinto y nos enamoró. Un sinfín de farolillos de piedra recorrían todo el complejo y con la lluvia le daba un aire misterioso encantador. Nos pareció un sitio muy bonito y muy recomendable. Cuando terminamos el paseo bajamos por unas escaleras hasta dar con la puerta Ni-no-torii, siguiendo por la galería de madera hasta la ya conocida Ichi-no torii. En éste punto decidimos ir a visitar un jardín recomendado en la guía, Yoshiki-en. Un recinto con una casa de campo con tejado de paja, un estanque y varios senderos. Para los extranjeros es gratis. |
Había llegado la hora de comer y un poco cansados y empapados de la lluvia recorrimos el pueblo para encontrar un sitio donde saciar el hambre. Al final nos decantamos por Ichizoku, un local ubicado en las ya conocidas galerías comerciales. Después de comer, hacia las 16:30 horas de la tarde, cogimos el tren para ir a la siguiente parada, Osaka. Leímos en muchos foros que la ciudad de noche es espectacular sobretodo la parte del Dōtonbori.
Para llegar a Osaka cogimos el tren de la línea Q de color verde dirección Namba. Como queríamos hacer una visita al Umeda Sky nos paramos en Tennoji para hacer transbordo a la loop line, línea O de color rojo. Al cabo de unos 20 minutos aproximadamente llegamos a la estación de Osaka. Sin perder tiempo preguntamos como ir al edificio del Umeda Sky y una chica japonesa muy amable nos indicó. Para salir de la estación tienes que seguir señales que indican el edificio. Una vez fuera tienes que cruzar un paso de cebra, pasar por un túnel subterráneo y llegas a la parte de abajo de la estructura. Se trata del ejemplo de arquitectura moderna más impresionante de la ciudad con 173 metros de altura, compuesto por unas torres gemelas unidas por un arco de triunfo futurista. Desde arriba se puede contemplar toda la ciudad, y las vistas son increíbles.
Primero entramos al edificio, subimos a la tercera planta y desde allí con un ascensor transparente (menuda flipada!!) subimos hasta la planta 35. Una vez arriba cogimos unas escaleras mecánicas hasta el piso 39 donde está la entrada propiamente dicha, 800 JPY=5,6 € por persona. Pasas de un edificio a otro rápidamente, casi ni te das cuenta, es una pasada!! Cuando pagamos la entrada subimos unas escaleras hasta llegar al observatorio, una circunferencia por la que puedes pasearte sin problemas con unas vistas de la ciudad y parte del país impresionantes.
Una vez abajo del edificio fuimos a coger un tren dirección Namba, parada que estaba justo al lado del Dōtonbori. Un conjunto de calles iluminadas, llenas de color y de gente realmente impresionante. Menudo gasto en electricidad!! En éste sitio son típicos los Takoyaki (bolas de pulpo) y buscamos un tenderete para comprar unos cuántos y comerlos dando un paseo. Al final nos decidimos por Atchichi Honpo, sin comentarios, solo espectaculares.
Después de cenar, a las 21:59 horas cogimos un tren de vuelta a Kyoto. Era muy tarde y estábamos muy cansados. Llegamos al hostel a las 23:00 horas de la noche aproximadamente, preparamos las cosas para el día siguiente y exhaustos nos fuimos a dormir...qué día más completo!!
Nara - Japón
7-19 Souemoncho
Osaka - Japón