El autobús a Cabanaconde salía a las 9:30 horas de la mañana desde Arequipa con la compañía Andalucía. Pusimos el despertador a las 7:00 horas y después de una ducha bien merecida nos fuimos a desayunar, pan con mantequilla, jamón y unos mates de coca, todo incluido en el alojamiento. A las 8:30 horas pedimos un taxi que nos llevaría hasta el terrapuerto por 8 PEN=2 €. A las 8:45 horas ya estábamos en la terminal de autobuses. Nos compramos unas empanadas y una agua por 10 PEN=2,5 € para el trayecto, que sería largo. Antes de poner las mochilas en el autobús tuvimos que pagar la tasa del terrapuerto que ascendía a 1,5 PEN=0,36 € cada uno. El autobús apareció tarde y salimos con un retraso de 45 minutos aproximadamente hacia Cabanaconde. Al salir de Arequipa teníamos unas vistas de los volcanes Chachani y Misti impresionantes. Fuimos subiendo por la carretera hasta la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca a 4900 metros sobre el nivel del mar. |
En 4 horas aproximadamente llegamos al pueblo de Chivay dónde hicimos una parada y aprovechamos para comer las empanadas. Aquí bajó la mitad del autobús, el resto seguíamos hasta Cabanaconde. Pasamos por Yanque, Maca y el mirador de la Cruz del Cóndor antes de llegar a destino, un sinfín de paradas que se llegaron a hacer eternas. Finalmente, a las 16:30 horas llegamos a Cabanaconde. Sólo salir del autobús ya nos vinieron a reclamar la compra del boleto turístico de entrada al Cañón del Colca que nos costó 70 PEN=17,5 € por persona. Pagados los tickets y recogidas las mochilas nos fuimos a buscar nuestro alojamiento, Pachamama Backpacker Hostal, ubicado a unos pocos metros del centro dónde nos dejó el autobús. Nos dieron la habitación, nos dimos una ducha y bajamos a gestionar algunos transportes que tendríamos que coger en días posteriores. Cuando lo tuvimos todo arreglado fuimos a hacer las mochilas pequeñas para el trekking y aprovechamos para ir a comprar cuatro cosas que nos faltaban. |
A las 19:00 horas fuimos al mismo hostal a cenar, la verdad es que no hay mucho abanico de posibilidades en el pueblo y al final decidimos quedarnos. Visto ahora, hicimos una gran elección. La cena estuvo genial, y los Pisco Sour de la happy hour aún mejor, nos reímos un montón. Después de cenar nos fuimos directos a dormir.
Arequipa - Perú