Pusimos el despertador bien temprano para poder aprovechar el día. Hacia las 7:30 horas ya estábamos desayunando en la azotea del hostel. Por fin había salido el sol en Tokyo, después de dos días lloviendo a cántaros tuvimos la oportunidad de visitarla con un cielo azul envidiable. Hoy teníamos pensado acercarnos a los barrios de Harajuku, Shinjuku y al de Shibuya por la noche. A las 8:20 horas estábamos en el metro, concretamente en la Ginza line dirección Omote-sandō. Estaba abarrotado de gente, era hora punta de la mañana. Cuando llegamos hicimos transbordo hasta Chiyoda line y en unos 40 minutos llegamos al barrio de Harajuku. Al salir del metro nos fuimos a visitar el Meiji-jingu. |
Se trata del santuario sintoísta más grande de Tokyo dedicado a espíritus deificados. La elevada torii de madera de 12 metros de altura que señala la entrada se creó con un ciprés taiwanés de 1500 años de antigüedad. El santuario ocupa solo una pequeña parte de los extensos jardines arbolados que lo rodean llamados Meiji-jingu-gyoen. Justo al lado del recinto se encuentra ubicado el parque Yoyogi, un lugar espléndido para un picnic y para poder jugar a cualquier tipo de deporte sin necesidad de preocuparse de molestar al de al lado. Las extensiones de hierba son tan grandes que hasta te puedes perder. Ideal para tomar el sol y relajarse. Después de dar un paseo por el parque fuimos a la calle Takeshita para adentrarnos a la zona fashion de Harajuku. Famoso bazar de la subcultura local al que peregrinan todos los adolescentes del país. |
Es muy recomendable dar más de una vuelta por la zona, está lleno de tiendas, restaurantes y lugares fashion que visitar. En los alrededores está el centro comercial Omotesandō-hills para hacer una escapada y alucinar entre las boutiques ya que son verdaderos templos de diseño contemporáneo.
Hacia las 12:00 horas del mediodía cogimos la Yamanote line dirección Shinjuku uno de los distritos de ocio más grande y animado de Tokyo. Recordad que pagamos los viajes en metro con la tarjeta suica que se puede ir recargando a medida que la vas gastando. No es muy caro, es bastante asequible y realmente muy cómodo. Cuando llegamos dimos un paseo por Kabukichō, el barrio rojo más importante de Japón donde se encuentran miles de locales de entretenimiento enfocados al mercado de adultos. El área cuenta con muchos bares, hostales, moteles, locales comerciales, restaurantes y clubes nocturnos tanto para mujeres como para hombres. Fuimos a comer a una zona llamada Omoide Yokocho al lado de las vías del tren, famosa porqué la mayoría de locales son especialistas en los yakitoris. Al final encontramos uno que nos gustó, Hinadori 2. |
Después de comer andamos hasta la zona de los grandes rascacielos para visitar la torre Cocoon, edificio ovalado con fines educativos de 50 pisos con una altura de 204 metros. Justo al lado hay dos torres gemelas donde están ubicadas las Oficinas del Gobierno Metropolitano de Tokyo, o sea, el Ayuntamiento. Las vistas desde arriba son espectaculares. Puedes subir tanto al edificio norte como al sur, pero sin lugar a dudas las vistas son mejores en la torre norte. La entrada a éstos edificios es gratis y por eso siempre hay bastante cola.
A media tarde fuimos a merendar al Starbucks queríamos hacer tiempo para ver las vistas de Shinjuku de noche. No obstante, antes de ir al Ayuntamiento, nos pasamos por el barrio rojo de noche para ver el ambiente. Una vez allí fuimos a visitar el templo Hanazono-jinja, un pequeño refugio de silencio y recogimiento espiritual.
Cuando ya era totalmente de noche fuimos a las torres gemelas del gobierno a ver las vistas. La torre sur cerraba a las 17:30 horas por tanto solo se podía subir a la norte. Pensábamos que habría mucha cola al ser gratis pero no fue así. Pudimos ver las vistas tranquilamente y hacer muchas fotos. A la hora de bajar si que había mucha gente pero no tuvimos problema.
A las 19:30 horas fuimos a coger el metro hasta el distrito de Shibuya. Solo salir del metro fuimos a visitar la estatua de Hachikō, un perro akita que perteneció a un profesor que vivía cerca de la estación. Cuando el profesor murió, el perro siguió esperando a su amo en la estación hasta el día de su muerte al cabo de 10 años. La historia del perro se convirtió en leyenda y le hicieron una estatua en su memoria.
Al lado de la estatua se encuentra el cruce considerado el más transitado del mundo y se conoce como The Scramble (el barullo). La gente atraviesa al unísono en todas direcciones, hasta pueden llegar a concentrarse más de mil personas, y aún así todo el mundo se las arregla para esquivarse con agilidad. Es recomendable ver el vaivén de la gente desde arriba del Starbucks ubicado encima de una librería junto a la estación. Después de unas cuantas fotos fuimos a cenar al Mura un local muy concurrido entre los jóvenes característico por tener teppanyaki, donde cada uno cocina su propio plato.
A las 22:10 horas fuimos a coger el metro de vuelta al hostel...llegamos rendidos. Menudo día habíamos tenido, y lo más importante, con sol. Enseguida nos fuimos a dormir exhaustos.
Shinjuku - Tokyo
Udagawacho, Shibuya
Tokyo